lunes, 12 de enero de 2009

catorce

Bar Mix, 13 de septiembre de 1993

Fer: Si alguna vez podés volver, ¿qué vas a llevar entre tus ropas?
¿Pastito de la canchita del Suncho? ¿O una astilla del ombú de la pileta? ¿Te vas a acordar de la primera noche? ¿Del miedo? ¿De la noche? ¿De mí?
¿Cuántos pasos hay entre la puerta y la primera mesada? ¿Qué comimos? ¿Cuánto frío hizo?.

¿Vas a poder volver? ¿Solo? ¿Sin los otros? ¿Cómo vas a viajar desde el aeropuerto al pueblo? ¿Cómo vas a hacer para encontrar aquellas piedras? ¿Cuáles vas a levantar? ¿Con quién vas a hablar? ¿Te van a alcanzar los ojos para ver?.

Yo no voy a volver sin ustedes. Y mirá que no hay amanecer que reemplace nada, no hay luz más pesada que aquella de las linternas. Pero no creo que pueda caminar un paso sin sentir los “borcegos” del gringo Luna, las puteadas de Tello. No va a haber grises como los que contaba Bossi, y yo no voy a mirar rojos como los que vi junto a tu silueta apoyada en los galpones del polvorín.
¿Recorrer los senderos de piedras sin la seguridad de los fusiles? ¿Mirar la otra bandera? Sin ustedes, no.

Es que aquellos ruidos, aquellos olores, no son el festejo del pasado. Son quienes me forman, me conforman. Aliados con las siestas de mi pueblo en verano, las rondas en bicicleta por las casas de las chicas, los muertos de la familia, una playa, una plaza, una pelota Nro.5, un par de botines que no llegué a usar, la colección completa de El Tony y unos libros de Sandokán. Eso soy yo. Y tu inmóvil palidez, cuando hubo que cruzar el puente y volver a combatir.

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